Los solenoides son muy útiles para realizar acciones a distancia debido a su bajo precio y rápida reacción. Un solenoide es una bobina de material conductor cuyo funcionamiento se basa en campos electromagnéticos. Al pasar una corriente eléctrica a través de la bobina, se genera un campo electromagnético de cierta intensidad en el interior. Un émbolo fabricado de metal ferroso es atraído por la fuerza magnética hacia el centro de la bobina, lo que proporciona el movimiento necesario para accionar la válvula. La válvula se puede abrir o cerrar, no hay término medio, por lo que no se puede utilizar este sistema para regulación de flujos.
Una vez que se activa el solenoide, la válvula se mantendrá abierta o cerrada, dependiendo de su construcción y diseño, hasta que se corte la corriente eléctrica y desparezca el campo electromagnético del solenoide. En este momento, un muelle o resorte empuja el émbolo de nuevo hacia su posición original cambiando el estado de la válvula. El hecho de que no se necesite manipulación física directa hace que las válvulas solenoides sean la mejor solución para controlar la entrada o salida de fluidos. Además, las bobinas del solenoide se pueden pedir con certificación EF para lugares en donde se requiere una protección a prueba de explosión.
Una válvula solenoide sólo puede funcionar como dispositivo on/off y no puede ser utilizado para abrir o cerrar la válvula gradualmente en aplicaciones dónde se requiera una regulación más precisa del flujo como por ejemplo si se necesitara un control 4-20 mA para posicionar la válvula.