El concreto es el material de construcción más utilizado en el mundo, debido, entre otras cosas, a su flexibilidad: permite crear una gran posibilidad de formas y dimensiones, que le permiten ajustarlo a casi cualquier diseño. Posee una gran estabilidad y durabilidad. Es resistente, versátil, económico y se encuentra casi en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, el concreto es susceptible a deterioro si no es colocado y curado apropiadamente. Además, por naturaleza, el concreto es un material poroso, y si no se impermeabiliza correctamente, el acero de refuerzo en su interior se puede ver severamente dañado llegando comprometer la seguridad de la estructura.
Generalmente, la impermeabilización del concreto se logra por medio de la aplicación de barreras o membranas externas en la superficie. Este tipo de sistemas han probado ser efectivos es condiciones muy específicas, ya que son muy susceptibles a punzonamientos, rupturas, degradación, etc., y sus instalación y reparación usualmente son muy costosos.
Otra desventaja de los sistemas de barrera o membranas es que deben colocarse en la parte externa de la estructura, y en el caso de estructuras enterradas, la instalación y eventual reparación se vuelve extremadamente difícil.
Los aditivos repelentes de agua también son utilizados para evitar el ingreso de agua en la estructura de concreto. Los repelentes de agua funcionan al cambiar la tensión superficial en el concreto, de manera que las gotas de agua son repelidas en lugar de ingresar por los poros naturales del concreto. Este tipo de sistemas no funcionan en condiciones de presión hidrostática, ya que en el momento en que se excede la tensión superficial creada, el agua ingresa en el concreto.
Un tercer tipo de impermeabilizante son los aditivos integrales cristalinos. Estos se agregan al concreto durante el mezclado y se convierten en parte del concreto. Impermeabilizan el concreto al bloquear el paso del agua a través de los poros capilares, grietas y juntas, usando la masa de concreto como una gran membrana impermeable, reemplazando el uso de membranas externas.
Cuando la tecnología cristalina se agrega, o se aplica al concreto, reacciona químicamente con el agua y las partículas no hidratadas de cemento hasta formar cristales insolubles en forma de aguja que llenan los poros capilares y las microgrietas en el concreto, que terminan por bloquear el ingreso del agua a la estructura.
La característica única de la tecnología cristalina es su capacidad de permanecer latente indefinidamente en el concreto. Si una nueva grieta se forma en el concreto e ingresa agua, los químicos empezarán a reaccionar para formar nuevos cristales en esa grieta que cerrarán el paso del agua. Esta característica se conoce como “auto sellado”. El “auto sellado” es importante ya que:
- Disminuye la permeabilidad del agua (aumentando la resistencia a la corrosión del acero de refuerzo)
- Re-sella nuevas grietas que se forman durante la contracción, consolidación, etc.
- Disminuye el mantenimiento a largo plazo y los costos de reparación.
Kryton® es el creador de la tecnología cristalina y desde su creación ha continuado impulsando y desarrollando la tecnología que permite garantizar proyectos estancos.
Kryton® ofrece una amplia gama de productos para cada necesidad, dentro de los cuales destacan:
- Krystol KIM: Membrana interna Krystol
- Krystol T1&T2: impermeabilizante de concreto por aplicación en superficie
- Sistema KCR: sistema de reparación de grietas y fisuras